viernes, 19 de diciembre de 2014

Nelson Mandela: La democracia y libertad para adorar a Dios


Rolihlahla "Nelson" Mandela (1918-2013) fue un abogado, activista, líder social y político destacado por haber denunciado y luchado contra el sistema del apartheid en Sudáfrica. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993, "por su trabajo para terminar el régimen del apartheid, y por sentar las bases de una nueva Sudáfrica democrática", y actualmente es considerado el padre moderno de su nación.

La postura religiosa de Mandela, al igual que su postura de protesta política, no fue absolutamente uniforme y doctrinaria a lo largo de su vida; su pago a ella llegó a ser algo cambiante en un momento de su vida, pero, a pesar de todo, estuvo presente, como se mostrará en esta colección de citas biográficas.

Mandela era hijo de un Jefe tribal de la etnia Thembu y su madre era una conversa cristiana, como Nelson lo cuenta en su autobiografía:
"Cuando yo era niño, la gente Fengu se encontraba entre la sección más avanzada de la comunidad y proveyó a nuestros clérigos, policías, profesores, abogados e intérpretes. Ellos también fueron de los primeros en convertirse en cristianos, en construir mejores casas y usar métodos científicos de agricultura, y eran más prósperos que sus compatriotas Xhosa. Confirmaban el axioma de los misioneros que ser cristiano era ser civilizado y ser civilizado era ser cristiano...
Mi padre no se ascribía al prejuicio local hacia los Fengu y se hizo amigo de dos hermanos Fengu, George y Ben Mbekela. Los hermanos eran una excepción en Qunu: eran educados y cristianos. George, el más grande de ellos, era un profesor retirado y Ben un sargento de policía. A pesar de la predicación de los hermanos Mbeleka, mi padre permaneció rehacio hacia el cristianismo y en su lugar se reservó a su propia del espíritu del gran espíritu de los Xhosas, Qamata, el Dios de sus padres. Mi padre era un sacerdote no oficial y presidía rituales en los que se sacrificaban cabras y terneros, y oficializó ritos tradicionales sobre plantación, cosecha, nacimiento, matrimonio, ceremonias de iniciación y funerales... 
Aunque la fe los hermanos Mbekela no pasó a mi padre, sí inspiró a mi madre, quien se volvió cristiana. De hecho, Fanny era literalmente su nombre cristiano, porque ella lo había dado a su iglesia. Fue debido a la influencia de los hermanos Mbekela que yo mismo fui bautizado en la Iglesia Metodista o Wesleyana, como se le conocía entonces, y enviado a la escuela. Un día George Mbekela visitó a mi madre. "Tu hijo es un joven muy inteligente," dijo. "Debería ir a la escuela." Mi madre permaneció en silencio. Nadie en mi familia había ido a la escuela jamás, y mi madre no estaba preparada para la sugerencia de Mbekela. Pero ella hizo caso a mi padre quien a pesar de, o quizá debido a, su propia ausencia de educación inmediatamente decidió que su hijo más joven debía ir a la escuela." (Mandela, 2008:16).
En 1934, Rolihlahla se matriculó en la escuela de misioneros Clarkebury donde recibió su primera educación y se le dio el nombre de Nelson. Sobre esta etapa, Mandela cuenta:
"Los dos principios que regían mi vida en Mqhekezweni eran el caciquismo y la Iglesia. Estas dos doctrinas coexistían en una armonía incómoda, aunque entonces yo no las veía como antagónicas. Para mí, el cristianismo no era tanto un sistema de creencias, como lo era un poderoso credo de un solo hombre: el Reverendo Matyolo. Para mí, su poderosa presencia encarnaba todo lo que era de fascinación en el cristianismo. Él era tan popular y querido como regente, y el hecho de que él era del regente mayor en asuntos espirituales causó una fuerte impresión en mí. Pero la Iglesia estaba tan preocupada por este mundo como por el venidero: percibí que, prácticamente, la totalidad de los logros de los africanos parecía haber surgido a través de la obra misionera de la Iglesia. Las escuelas de los misioneros capacitaban a los empleados, a los intérpretes y a los policías, que en ese momento representaban lo más alto de las aspiraciones africanas.  
El Reverendo Matyolo era un hombre robusto de unos cincuenta años y medio, con una voz profunda y potente que se prestaba a la predicación y al canto. Cuando predicaba en la iglesia sencilla en el extremo occidental de Mqhekezweni, la sala estaba siempre llena de gente. La sala resonaba con los hosannas de los fieles, mientras que las mujeres se arrodillaban a sus pies para rogar por la salvación. El primer relato que oí hablar de él cuando llegué al Gran Lugar fue que el reverendo había ahuyentado a un espíritu peligroso sólo con una Biblia y una linterna como armas. No vi inverosimilitud ni contradicción en esta historia. El metodismo predicado por el reverendo Matyolo era de tono de variedad de fuego y azufre, sazonado con un poco de animismo africano. El Señor era sabio y omnipotente, pero Él también era un Dios vengativo que no dejaba que ningún acto malvado quedara impune. 
En Qunu, la única vez que llegué a asistí a la iglesia fue el día en que fui bautizado. La religión era un ritual que yo consentí por amor a mi madre y al cual no le adjudicaba ningún significado. Pero en Mqhekezweni, la religión era una parte de la trama de la vida y yo asistía a la iglesia todos los domingos junto con el regente y su esposa. El regente tomaba muy en serio su religión. De hecho, la única vez que me llegó a dar una tunda fue cuando falté a un servicio de domingo por participar en una lucha contra los muchachos de otro pueblo, una transgresión que nunca cometí de nuevo" (Mandela, 2008:20).
Cuatro años después, Nelson se graduó de Healdtown, colegio Wesleyano de la misión metodista. La escuela tenía cierta fama en el lugar, y allí, Mandela estudió inglés, la lengua Xhosa, historia y geografía. Tomó un gusto por la historia africana, y fue siendo influido poco a poco por la retórica anti-imperialista de un jefe tribal. 

Posteriormente, se matriculó en la Universidad de Fort Hare donde estudiaba una licenciatura Bachelor of Arts. Allí, tuvo como compañero de cuarto a un familiar suyo:
"Fort Hare había sido fundado en 1916 por misioneros escoceses en el sitio de lo que había sido el fuerte fronterizo más grande del siglo XIX en el este de Cape... solo tenía ciento cincuenta estudiantes, y yo ya conocía una docena o mas de ellos... uno de ellos, que conocía por primera vez, era K. D. Matanzima. Aunque él era mi sobrino según la jerarquía tribal, yo era más jóven y mucho menos grande que él.  
Ambos eramos Metodistas y yo fui asignado a su hostal, conocido como Wesley House, un agradable edificio de dos plantas en el borde del campus. Bajo su tutela, asistí a los servicios religiosos con él en el cercano Loveday, comencé a jugar fútbol (en el que destaqué), y, en general, seguí sus consejos.
Fort Hare, al igual que Clarkebury y Healdtown, era un colegio misionero. Se nos exhortaba a obedecer a Dios, a respetar a las autoridades políticas, y a estar agradecidos por las oportunidades educativas que nos ofrecía la iglesia y el gobierno. Estas escuelas han sido a menudo criticadas por ser colonialistas en sus actitudes y prácticas. Sin embargo, incluso con este tipo de actitudes, creo que sus beneficios superan sus desventajas. Los misioneros construyeron escuelas y las pusieron enmarcha cuando el gobierno estaba indispuesto o era incapaz de hacerlo. El ambiente de aprendizaje de las escuelas misioneras, aunque a menudo moralmente rígido, era muchísimo más abierto que el de los principios racistas subyacentes en las escuelas del gobierno. Fort Hare era tanto hogar como incubadora de algunos de los más grandes estudiosos Africanos que el continente ha conocido. El Profesor ZK Matthews ... el Profesor DDT Jabavu ... [etc.]...  
Mi educación en Fort Hare fue tanto fuera como dentro del salón. Yo era un joven más deportista de lo que había sido en Healdown... También me uní a la sociedad de drama y actué en una obra sobre Abraham Lincoln... 
Me volví miembro de la Asociación de Estudiantes Cristianos y enseñaba clases bíblicas los Domingos en los pueblos vecinos. Uno de mis camaradas en esas expediciones era un serio joven académico de ciencias, a quien había conocido en el campo de fútbol. Venía de Pondoland, en el Transkei, y su nombre era Oliver Tambo... No sólo aprendía física en Fort Hare, sino otra ciencia física precisa: baile de salón... Mientras Fort Hare era un santuario apartado del mundo, estábamos muy interesado en el desenvolvimiento de la Segunda Guerra Mundial..."  (Mandela, 2008:33-38).
Mandela no pudo concluir porque llegó a participar en una protesta en la que él y otros cinco compañeros boicotearon una elección de un consejo estudiantil. Debido a ello, se le advirtió que si no dejaba la protesta, se le expulsaría de la escuela, pero Mandela, aunque temeroso por su carrera, no quiso echarse para atrás. Con la condición de no más protestas, se le dio la oportunidad de regresar al año siguiente, pero Mandela no regresó

En cambio fue a Johannesburgo donde trabajó como oficial de seguridad de una mina y después de conocer aun agente inmobiliario, comenzó a escribir artículos a través de una firma de abogados, Witkin Eidelman y Sidelsky. Aunque pasó un tiempo con un primo suyo, un clérigo anglicano negro que le extendió la mano y le abrió las puertas de su casa:
"Arreglé la manera de mudarme con el Reverendo J. Mahutho de la Iglesia Anglicana en su casa en la Octava Avenida en el Poblado de Alexandra Township. El Reverendo Mabutho era un hermano Thembu, un amigo de mi familia, un hombre generoso y temeroso de Dios. Su esposa, a quien llamábamos Gogo, era cálida, afectuosa y una espléndida cocinera que era liberal en su forma de ayudar. Como un Thembu que conocía a mi familia, el Reverendo Mabutho se sentía responsable por mí" (Mandela, 2008:52)
Luego se inscribió a la Universidad de Sudáfrica para estudiar leyes. Una vez graduado, en 1943, se volvió uno de los primeros abogados negros en Sudáfrica. Trató de estudiar una licenciatura más en la Universidad de Witwatersrand. Aunque no pudo concluir porque consideró que no era un estudiante demasiado aplicado, allí conoció por primera vez a estudiantes Europeos, judíos e Indios comunistas, entre ellos Joe Slovo, Harry Schwarz y Ruth First.

Se casó en 1944 con Evelyn Ntoko Mase, una enfermera con quien tuvo dos hijos, y con quien estuvo casado por 13 años hasta que se divorciaron, luego de que ella, como Testigo de Jehová, desaprobara su creciente inserción a los asuntos políticos y le acusara de adulterio, a pesar de que él lo negaba. Mandela cuenta:
"Mi matrimonio con Evelyn había comenzado a desmoronarse. En 1953, Evelyn se dispuesto a la actualización de su certificado de cuatro años en enfermería general... Ella se matriculó en un curso de obstetricia en el Hospital del Rey Eduardo VII en Durban, lo que la mantendría lejos de casa durante varios meses. Esto fue posible porque mi madre y mi hermana se estaban quedando con nosotros y podrían cuidar a los niños. Durante su estancia en Durban, la visité en al menos una ocasión... Evelyn volvió, habiendo pasado sus exámenes. Estaba embarazada de nuevo y ese mismo año, dio a luz a Makaziwe...     
En el transcurso del año siguiente, Evelyn se involucró con la organización WatchTower, parte de la iglesia de los Testigos de Jehová. Si esto se debía a cierta insatisfacción con su vida en el momento, no lo sé... Evelyn celosamente comenzó a distribuir su publicación La Atalaya, y empezó a hacer proselitisarme a mí también, me instaba a convertir mi compromiso con la lucha en un compromiso con Dios. Aunque yo encontraba algunos aspectos del sistema Watchtower un tanto interesantes y valiosos, no podía y no pude compartir su devoción. Había un elemento obsesivo en ello que me desconcertaba. Por lo que pude discernir, su fe enseña pasividad y sumisión frente a la opresión, algo que yo no podía aceptar.   
Mi devoción a la ANC y a la lucha era incesante. Esto perturbaba a Evelyn. Siempre había asumido que la política era una diversión juvenil, que algún día volvería a Transkei y ejercería allí como abogado. A pesar de que esa posibilidad se volvía remota, ella nunca se resignó al hecho de que Johannesburgo sería nuestro hogar, o a dejar de lado la idea de que podríamos volver a Umtata.
Ella creía que una vez que estuviera de vuelta en Transkei, en el seno de mi familia, en calidad de consejero de Sabata, ya no extrañaría la política. Alentó los esfuerzos de Daliwonga de convencerme de volver a Umtata. Tuvimos muchas discusiones acerca de esto, y yo le expliqué pacientemente que la política no era una distracción, sino el trabajo de mi vida, que era una parte esencial y fundamental de mi ser. Ella no podría aceptar esto... Traté de convencerla de la necesidad de la lucha, mientras ella intentaba persuadirme del valor de la fe religiosa. Cuando yo le decía que yo estaba sirviendo a la nación, ella respondía que servir a Dios estaba por encima de servir a la nación...  
También libramos una batalla por las mentes y los corazones de los niños. Ella quería que fueran religiosos, y yo pensaba que deberían ser políticos. Ella los llevaba a la iglesia a cada oportunidad, y les leía literatura de la WatchTower. Incluso les dio a los chicos folletos Watchtower para distribuir en el municipio. Yo solía hablarle de política a los chicos. Thembi era un miembro de los Pioneros, la sección juvenil de la ANC, por lo que ya estaba políticamente consciente. Yo explicaba a Makgatho de forma sencilla cómo el hombre negro era perseguido por el hombre blanco, 
Colgando en las paredes de la casa, yo tenía cuadros de Roosevelt, Churchill, Stalin, Gandhi y la lluvia del Palacio de Invierno de 1917.(Mandela, 2008:139).
A principios de la década de 1950, Mandela había sido elegido como líder de la rama juvenil del movimiento de liberación que buscaba el Congreso Nacional Africano, CNA (African National Congress, ANC), organización política que buscaba mejorar las condiciones de vida de los negros africanos. Allí, escaló y fue dirigido por el entonces Presidente de esta organización, que era el cristiano Albert Luthuli:
"Con su dignidad y sinceridad, él hizo una profunda impresión en la corte. Él sufría de presión arterial alta, y el tribunal accedió a sentarse sólo por las mañanas mientras el daba pruebas. Su evidencia como jefe duró varios días y fue interrogado durante casi tres semanas. Esbozó cuidadosamente el avance de la política de la ANC, poniendo las cosas con sencillez y claridad, y sus antiguos cargos como profesor y Jefe impartiron una gravedad añadida y autoridad a sus palabras. Como un devoto cristiano, él era la persona perfecta para discutir cómo el ANC se había esforzado sinceramente por la armonía racial... 
Luthuli era un maestro, un devoto cristiano, y un Jefe zulú orgulloso [de su cargo], pero estaba aún más firmemente comprometido con la lucha contra el apartheid. Luthuli se negó a renunciar a la ANC y el gobierno lo destituyó de su cargo. En respuesta a su despido, emitió una declaración de principios llamados "El camino hacia la libertad es a través de la Cruz", en la que reafirmó su apoyo a la resistencia no violenta pasiva... 
Yo apoyaba al Jefe Luthuli, pero no pude asistir a la conferencia nacional. Unos días antes de que la conferencia comenzara, a cincuenta y dos líderes de todo el país se les prohibió asistir a las reuniones o encuentros durante seis meses. Yo estaba entre los líderes, y mis movimientos estaban restringidos al distrito de Johannesburgo para ese mismo período" (Mandela, 2008:98).
Durante 20 años, Mandela fue líder de protestas pacíficas, y actos de desobediencia civil y resistencia no-violenta contra las políticas racistas del gobierno de Sudáfrica; entre ellas, la Campaña de Defensa de 1952. 

Un año después, una medida segregacionista impuesta por el Gobierno amenazaba la educación en el país, que hasta ahora había sido ampliamente sostenida por las iglesias, misiones y grupos religiosos. Mandela explica la ley, el panorama y la reacción de los grupos religiosos ante la misma:
"En 1953, el Parlamento dominado por [el Partido] Nacionalista aprobó la Ley de Educación Bantú, que trató de sellar el apartheid en la educación africana. La medida transfirió el control de la educación en Sudáfrica del Departamento de Educación al muy detestado Departamento de Asuntos Nativos. Según la medida, a las escuelas primarias y secundarias gestionadas por los cuerpos de la iglesia y las misiones se les dio la opción de entregar sus escuelas al gobierno o recibir subsidios gradualmente disminuidos: o el gobierno se hacía cargo de la educación para los africanos o no habría educación para los africanos. A los maestros africanos no se les permitiría criticar al gobierno ni a ninguna autoridad de la escuela. Era un "baasskap" intelectual, una manera de institucionalizar la inferioridad.  
El Dr. Hendrik Verwoerd, el ministro de Educación Bantú, explicó que la educación "debía entrenar y enseñar a la gente de acuerdo con sus oportunidades en la vida." Lo que quería decir era que los africanos no habían tenido y no tendrían ninguna oportunidad, por lo tanto, ¿para qué educarlos? "No hay lugar para los bantúes en la comunidad europea por encima del nivel de ciertas formas de trabajo", dijo. En síntesis, los africanos debían ser entrenados para ser trabajadores de baja categoría, estar en una posición de subordinación perpetua para el hombre blanco. 

Para el CNA, el acto era una medida profundamente siniestra diseñada para retardar el progreso de la cultura africana en su conjunto y, de aprobarse, permanentemente retrocedería la lucha por la libertad del pueblo africano. La actitud mental de todas las futuras generaciones de africanas estaba en juego. Como escribió el profesor Matthews en su momento: "La educación para ignorancia y para inferioridad en las escuelas de Verwoerd es peor que no tener educación en absoluto." 
La ley y la cruda exposición de ella por Verwoerd despertaron la indignación generalizada, tanto en blancos como negros. A excepción de la Iglesia Holandesa Reformada, que apoyó el apartheid, y la misión Luterana, todas las iglesias cristianas se opusieron a la nueva medida. Pero la unidad de la oposición sólo se limitó a condenar la política, no a resistirse a ella. Los anglicanos, los críticos más valientes y coherentes de la nueva política, tenían una política dividida. El obispo Ambrosio Reeves de Johannesburgo tomó la medida extrema de cerrar sus escuelas, que tenían una matrícula total de diez mil niños. Pero el arzobispo de la Iglesia en Sudáfrica, ansioso por mantener a los niños fuera de las calles, entregó el resto de las escuelas al gobierno. A pesar de sus protestas, todas las otras iglesias hicieron lo mismo con la excepción de los católicos romanos, los Adventistas del Séptimo Día, y la Congregación Judía Unida Reformada, que siguieron adelante sin la ayuda estatal. Incluso mi propia iglesia, la Iglesia Wesleyana, entregó sus doscientos mil estudiantes africanos al gobierno. Si todas las otras iglesias hubieran seguido el ejemplo de las que resistieron, el gobierno se habría enfrentado a una situación de estancamiento que podría haber obligado a un compromiso. En su lugar, el estado marchó sobre nosotros." (Mandela, 2008:115)
También fue en 1953 cuando Mandela fundo junto a su amigo cercano Oliver Tambo, la firma legal Mandela & Tambo, la cual ayudaría gratuitamente o a muy bajo costo, a negros cuyos derechos no eran respetados por el gobierno. En la firma, Mandela se volvió amigo de Gaur Redebe, un miembro de la etnia Xhosa, de la ANC y del Partido Comunista. También conoció a Nat Bregman, un judío comunista que se volvió si primer amigo blanco. Mandela comenzó a asistir a pláticas y reuniones comunistas, y estaba impresionado de ver a miembros de distintas nacionalidades reunidos juntos. Sin embargo, se rehusó a volverse miembro del Partido porque consideraba que el ateísmo que este profesaba conflictuaba con su creencia en Dios, y porque consideraba que la lucha en Sudáfrica estaba basada en la cuestión racial, no en la cuestión de clases (Smith 2010:48-59).

Después de que en 1955 dirigiera otra protesta pacífica conocida como el Congreso de la Gente, en 1956, Mandela fue arrestado por traición junto a otras 150 personas, pero eventualmente fue liberado. Al año siguiente se casó por segunda ocasión con una trabajadora social llamada Winnie Madikisela. 

En 1960, después de una protesta pacífica, el gobierno racista de Sudáfrica causó una Masacre en Shaperville, disolvió la ANC, y confinó a Luthuli a un arresto domiciliario en el que le prohibió salir de su pueblo. Para entonces, habían grupos sociopolíticos que habían formado el Congreso Panafricano, que influido por el comunismo, había rechazado la no-violencia y proponía el uso de métodos armados.

Todo esto llevó a Mandela lejos de sus primeros ideales, y al año siguiente, inspirado por la Revolución Cubana y su movimiento del 26 de julio de Fidel Castro, Mandela co-fundó un grupo armado llamado Umkhonto we Sizwe (MK), (en español: 'La espada de la nación') el cual buscaría usar la coherción y tácticas violentas para orillar al gobierno a terminar el apartheid. Alrededor de estos años, Mandela comenta lo siguiente:
"Aunque estaba involucrado en otros asuntos, yo sentía una cercanía con la comunidad. Asistía a servicios religiosos los domingos y disfrutaba del estilo antiguo del fanático bíblico de los Ministros Cristianos Zionistas.   
Poco antes de que planeara irme, agradecía a un anciano hermano por haberme cuidado. Me dijo "Por supuesto que eres bienvenido, pero, Kwedeni [joven], por favor dinos, ¿qué es lo que quiere el Jefe Lutuli? Me tomó por sorpresa pero yo respondí rápidamente: "Bueno, sería mejor que usted mismo le pregunte y no puedo hablar por él, pero, como lo entiendo, quiere que se nos devuelva nuestra tierra, quiere que nuestros reyes tengan de vuelta su poder, y quiere que seamos capaces de determinar nuestro propio futuro y llevar nuestras vidas como mejor lo consideremos. "¿Y cómo quiere hacerlo si no tiene una armada?, dijo el hombre. 
Yo tenía muchas ganas de decirle al anciano que yo ya estaba ocupado tratando de formar una armada, pero no podía. Mientras era motivado por los sentimientos, estaba nervioso de que otros hubiesen descubierto mi misión también." (Mandela, 2008:190)
Influido más tarde por batallas en Cuba y Algeria, Mandela y los miembros de su grupo MK organizaron sabotajes, causaron explosiones ocasionales y buscaron usar tácticas de guerrillas con el fin de terminar el apartheid:

"Al planificar la dirección y la forma que tomaría la MK, consideramos cuatro tipos de actividades violentas: el sabotaje, la guerra de guerrillas, el terrorismo y revolución abierta. Para un ejército pequeño y en ciernes, una revolución abierta era inconcebible. El terrorismo, inevitablemente se reflejaría mal en aquellos que lo utilizaran, lo que socava cualquier apoyo público que de otra manera se podría reunir. La guerra de guerrillas era una posibilidad, pero ya que el ANC se había mostrado reacio a aceptar la violencia en absoluto, tenía sentido empezar con la forma de violencia que causana el menor daño posible contra las personas: el sabotaje. Debido a que no implicaba ninguna pérdida de vidas, ofrecía la mejor esperanza de la reconciliación posterior entre las razas. No queríamos empezar una pelea de sangre entre el blanco y negro. La animosidad entre Afrikaner y el inglés todavía estaban afiladas cincuenta años después de la guerra anglo-boer; ¿cómo serrían las relaciones raciales entre blanco y negro si se provocaba una guerra civil? El sabotaje tenía la virtud añadida de que requería la menor mano de obra. Nuestra estrategia era hacer incursiones selectivas contra instalaciones militares, centrales eléctricas, líneas telefónicas y red de transporte; objetivos que no sólo obstaculizarían la eficacia militar del Estado, sino asustaría a los partidarios del Partido Nacional, ahuyentarían a los capitales extranjeros, y debilitaría la economía. Esto esperabamos que llevara al gobierno a la mesa de negociaciones. Se dieron estrictas instrucciones a los miembros del MK que no íbamos a apoyar la pérdida de ninguna vida" (Mandela, 2008:45).
Lamentablemente todos estos hechos no solo no lograron terminar el apartheid sino que, deslindándose totalmente del método pacífico, y siguiendo el ejemplo de grupos militares comunistas con los que comenzaron a tener contacto, Mandela había renunciado a su antigua adherencia total a la no-violencia y por esto hubo una creciente antipatía hacia su grupo, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, que le empezó a condenar.

En estas circunstancias, Mandela dirigió una huelga de trabajadores nacionales en 1961, en la que se protestó durante tres días. El líder fue arrestado y sentenciado a 5 años de prisión, pero en 1963, fue enjuiciado una vez más y, enjuiciado por los actos violentos, acusado de ofensas políticas, alta traición y conspiración contra el Estado, lo que le hizo ser sentenciado a una cadena perpetua. Sobre esto, Mandela diría:
"Fui hecho, por la ley, un criminal, no por lo que había hecho, sino por lo que había defendido, por lo que yo pensaba, por mi conciencia. ¿Puede extrañar a alguien que esas condiciones hacen que un hombre se echado de la ley de la sociedad? ¿Puede  preguntarsele a un hombre, habiendo sido declarado ilegal por el gobierno, que debe estar preparado para llevar la vida de un proscrito, como la he llevado durante algunos meses, de acuerdo con las pruebas ante este tribunal? 
No ha sido fácil para mí durante el período pasado separarme de mi esposa e hijos, para decir adiós a los viejos tiempos, cuando, al final de un día agotador en una oficina podía mirar con interés el unirme a mi familia en la mesa de la cena, y en lugar de esto, tomar la vida de un hombre perseguido continuamente por la policía, que vive separado de los que están más cerca de mí, en mi propio país, enfrentandome continuamente a riesgos de detección y de detención. Esto ha sido una vida infinitamente más difícil que cumplir una condena de prisión. Ningún hombre en su sano juicio elegiría voluntariamente una vida como esta en lugar deuna normal, en familia, con vida social que existe en toda comunidad civilizada. 
Pero llega un momento, como llegó en mi vida, cuando un hombre se le niega el derecho a vivir una vida normal, cuando él sólo puede vivir la vida de un proscrito porque el gobierno así lo ha decretado para usar la ley para imponer un estado de proscripción sobre él. Fui orillado a esta situación, y no lamento haber tomado las decisiones que tomé. Otras personas van a ser conducidas de la misma manera en este país, por esta misma fuerza de persecución policial y de acción administrativa por parte del gobierno, para seguir mi curso, del cual estoy seguro. 
Enumeré las muchas veces que habíamos traído nuestras quejas ante el gobierno y el mismo número de veces que fueron ignoradas o dejadas de lado. Describí nuestra estancia desde 1961, como último recurso, después de que el gobierno no mostró señales de tomar medida alguna para hablar con nosotros o satisfacer nuestras demandas. Fue el gobierno el que provocó la violencia mediante el empleo de la violencia para hacer frente a nuestras demandas no-violentas. Les expliqué que debido a las acciones que del gobierno, había tomado una postura más militar. Les dije que yo había tenido el privilegio en toda mi vida política de luchar junto a colegas cuyas habilidades y contribuciones fueron mucho mayores que las mías. Muchos otros han pagado el precio de sus creencias antes que yo, y muchos más lo harían después de mí" (Mandela, 2008:45).
Mandela estuvo encerrado 27 años en la prisión, 18 de los cuales, pasó en la Isla Robbern, junto a otros líderes de resistencia y prisioneros políticos. Lejos de ser olvidado por el pueblo en la cárcel, el líder se volvió un símbolo de lucha contra el apartheid.

A pesar de todo, durante su tiempo en la cárcel el sudafricano estudió leyes por medio de un curso por correspondencia en la Universidad de Londres y otro en la Universidad de Sudáfrica. En 1982, Mandela fue transferido a la Prisión de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, donde contrajo tuberculosis y debido a su color de piel, recibió un mal trato por parte de los trabajadores de la prisión. 

En medio de todo esto, personajes como Desmond Tutu (Premio Nobel de la Paz, 1984), denunciaron las maldades del apartheid pero a la vez rechazaron por igual el uso de las tácticas violentas y siguieron promoviendo soluciones pacíficas para el problema racial.

En 1988, Mandela fue transferido a una tercera prisión, y al año siguiente, el político blanco F. W. de Klerk llegó a la presidencia. Convencido de la creciente insostenibilidad del apartheid, después de la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989, Klerk discutió con su gabinete la posibilidad de legalizar otra vez el Congreso Nacional Africano (ANC) y liberar a Mandela. Después de tener una reunión personal con él, en 1990, Klerk mandó a su liberación y a la legalización de todos los partidos políticos que se habían prohibido en los antiguos gobiernos.

A su salida, que fue cubierta por la prensa internacional, Mandela dio un discurso en el cual dijo estar comprometido con la búsqueda y manutención de la paz y buscar la renconciliación nacional entre todos los grupos raciales y étnicos. A su salida inmediata se hospedó en la casa de Desmond Tutu, y meses después, se embarcó en una gira mundial en la que se reunió con líderes sociales, diplomáticos y políticos de todo el mundo que le expresaron su simpatía y le extendieron apoyo. En su primera visita a Estados Unidos, Mandela acudió a la Iglesia Cristiana Interdenominacional Riverside Church, en Nueva York, donde agradeció el apoyo que los religiosos le habían dado a los Sudafricanos en los años previos:




En mayo de ese año comenzaron las negociaciones oficiales para poner fin al apartheid. Señalando la desventaja militar de la MK, Mandela llamó un cese de fuego definitivo, lo cual le fue criticado por miembros de ese mismo grupo. En julio, el líder admitió las fallas de su grupo y comenzó esfuerzos concretos para unificar de forma no-violenta y conformar un cuerpo interracial en los miembros de la ANC. 

Poco después, fue elegido presidente de dicha organización y posteriormente se divorció de su esposa Winnie, luego de que se diera a conocer que ella lo había engañado. En estos años, Mandela asumió su compromiso con el método de la no-violencia, pero los siguientes meses hubieron disturbios civiles en los cuales diversos grupos se atacaron entre sí con violencia, y cientos de personas murieron. 

En 1992, Mandela dio un discurso en la Conferencia de Pascua de la Iglesia Cristiana Zionista, una denominación pentecostal y una de las iglesias africanas más grandes de Sudáfrica. Allí expresó su lamento, y a la vez, su esperanza religiosa en que la situación mejoraría: 


[Mandela comenzó leyendo el Capítulo 5 del Libro de Lamentaciones]:


"Acuérdate, Oh Señor, lo que nos ha sucedido: 
Considera y mira nuestro oprobio.
Nuestra tierra se ha vuelto a forasteros, Nuestras casas a extranjeros.
Huérfanos somos sin padre, Nuestras madres son como viudas.
Nuestra agua bebemos por dinero y nuestra leña por precio compramos.

Nuestra cerviz padece sobre el yugo de la opresión:
trabajamos, y no hay para nosotros reposo."
Khotsong Masione! ¡Paz a ustedes! Uxolo Mazayoni! 
Su Excelencia, Obispo Bernabé Lekganyane, cabeza de la gran Iglesia Cristiana Zionista; Reverendo, señores, miembros del consejo de Ministros y Ancianos de la ZCC; Presidente F. W, de Klerk; Jefe Mangosuthu Buthelezi; Congregantes, Fieles compañeros y amigos; 
Permitame, su excelencia, darle las gracias por su amable invitación para asistir a su Conferencia de Pascua aquí en la ciudad santa de Moria. ¡Moria, un tabernáculo erigido por la Iglesia Cristiana Zionista como un lugar de peregrinación anual y renovación! Me siento honrado de que me hayan invitado en esta ocasión para presentar mis respetos a los dirigentes y a los miembros de esta poderosa iglesia en el subcontinente. Desde mi salida de la cárcel, he intentado encontrar un momento adecuado para ambos, yo y su excelencia, el Obispo Lekganyane, para que pudiéramos conferir sobre nuestras aspiraciones comunes y los desafíos que enfrenta nuestra nación en estos tiempos difíciles. 
Mi presencia aquí el día de hoy es un momento muy esperado. Vengo a la ciudad santa de Moria como peregrino, con otros peregrinos, altos miembros del Congreso Nacional Africano como una señal de respeto y como un acto de comunión. Presento a Cyril Ramaphosa, Secretario General del ANC; a Thomas Nkobi, nuestro Tesorero General; a Joe Nhlanhla, miembro del Comité Ejecutivo Nacional del ANC, y otros. Traemos a su reunión el cordial saludo de todos los miembros de la ANC. ¡Khotso e ser le lena! ¡Que la Paz esté con ustedes! 
Nos hemos unido a esta Pascua en un acto de solidaridad, y en un acto de adoración. Hemos llegado, como todos los demás peregrinos, a participar en un acto de renovación y re-dedicación. La fiesta de la Pascua, que está tan estrechamente vinculada con la fiesta de la Pésaj, marca el renacimiento del Mesías resucitado, quien, sin armas, sin soldados, sin policía y fuerzas especiales encubiertas, sin escuadrones o bandas de vigilantes, venció al estado más poderoso en su época. 
Este gran festival de regocijo marca la victoria de las fuerzas de la vida sobre la muerte, de la esperanza sobre la desesperación. 
Mientras inclinamos nuestras cabezas en adoración orante este día, nuestras mentes no pueden sino insistir en el mal de la violencia que hoy acecha a nuestra tierra. No podemos dejar de recordar os gritos de madres vulneradas, brutalizadas, indignadas por mercenarios extranjeros armados y asesinos entre nosotros. 
Mientras bajamos nuestras cabezas en señal de súplica al Señor de los Ejércitos, la batalla que hiela la sangre clama de hombres armados, barriendo a través de una localidad, como un enjambre de langostas en un campo de maíz, resonando en nuestros oídos, y sabemos que en alguna casa, esta noche será la noche de luto. 
¡Oramos junto a ustedes por las bendiciones de la paz! ¡Oramos con ustedes por las bendiciones del amor! ¡Oramos con ustedes por las bendiciones de la libertad! ¡Oramos con ustedes por las bendiciones de la reconciliación entre todos los pueblos de Sudáfrica! ¡Khotso e ser le lena! ¡Que la paz sea con vosotros! 
Cuando el Obispo Engenas Lekganyane fundó esta iglesia en 1910, esa ocasión representó un importante acto de los oprimidos para resistir la teología de la sumisión. Fue un acto de autoafirmación por parte de un pueblo que antes se esperaba que se mantuviera inaudito e invisible mientras ministraban las necesidades de los demás. 
A su manera, la Iglesia Cristiana Zionista estaba expresando lo que nosotros, de la ANC, dos años más tarde, tratamos de hacer valer y hemos luchado por afianzar como base de la política de nuestro país. Este principio tan elocuentemente simple pero al mismo tiempo tan profundo, que ha movido a miles a través de los siglos para luchar por un mundo mejor. Lo reiteramos hoy para dar énfasis: ¡La hermandad de todos los seres humanos, y la paternidad común de Dios Todopoderoso! 
Es esa simple verdad la que hemos inscrito en nuestro programa político, la Carta de la Libertad, que Sudáfrica pertenece a todos los que viven en ella, ¡blancos y negros! 
Es debido a nuestra devoción, nuestra ferviente creencia en, y nuestra negativa tenaz a, renunciar a ese principio, que muchos de nosotros hemos sufrido persecución. 
Es porque nos mantuvimos firmes que nos hemos visto obligados al exilio. Es porque nos doblaríamos ante la intimidación estatal que se nos ha condenado al destierro; a la tortura; a la prisión; e incluso a la horca. 
¡Sí! Lo afirmamos y lo proclamaremos desde las cimas de las montañas: ¡Que todas las personas, ya sean de color, negras o blancas, ya sean de color marrón o amarillo, ya sean ricas o pobres, sean sabias o necias; están creadas a la imagen del Creador y somos sus hijos!  
¡Aquellos que, con su racismo, se atreven a echar fuera de la familia humana, a las personas de un tono de piel más oscuro; Aquellos que, con su intolerancia religiosa, excluyen de la vista de la gracia de Dios a las personas que profesan otra fe; Aquellos que, con sus traslados forzados, mantienen a sus compatriotas lejos de la genreosidad de Dios; Aquellos que han ahuyentado del altar de Dios a la gente que Él ha elegido hacer diferente; ¡cometen un sucio pecado! ¡El pecado llamado apartheid! 
Nosotros, los del Congreso Nacional Africano: su liderazgo y sus miembros, muy pronto romperemos las leyes y desafiaremos los deseos de fantasía de los hombres mortales, cuando sabemos que al hacerlo estamos siendo obedientes a Dios.  
Y en obediencia a Dios declaramos que todos los sudafricanos, ya sean cristianos, musulmanes, judíos, budistas, hindúes, tienen  derecho igual y sin trabas de adorar a Dios como mejor les parezca. Ningún gobierno debería tener el derecho de prescribir la observancia religiosa de los ciudadanos de tal país. 
La ZCC es parte de ese rico tapiz de la experiencia, cultura y estilo de vida que hoy conforma todo nuestro pueblo. Tanto como iglesia y también como miembros individuales, ustedes ha prestado sus esfuerzos para llevar la justicia a nuestra tierra. Aplaudimos en particular, su papel en el movimiento sindical en cumplimiento de los derechos a los trabajadores. Las luchas de nuestro pueblo por la tierra y contra el robo de tierras inspirado por el apartheid inspirado- los traslados forzados - serían más malos si no fuera por la contribución de los fieles de esta iglesia. Aclamamos también el papel desempeñado por los empresarios de la ZCC, quienes, en los dientes de las políticas discriminatorias del gobierno de Pretoria, establecieron empresas exitosas que proveen puestos de trabajo y comercio en aldeas remotas. 
El vínculo entre usted y lal ANC es aún más claro, si tenemos en cuenta que muchos de los miembros de nuestra organización pertenecen a la Iglesia Cristiana Zionista. Entre ellos, Peter Mokaba y Ngoako Ramatlhodi que están hoy con nosotros, crecieron y se han convertido en lo que son en la lucha, en gran medida, inspirados en sus enseñanzas. Muchos otros han caído en la lucha. Muchos han sido sometidos a penas de cárcel. Pero su espíritu permanece con el pueblo. 
Khotsong Masione! ¡La paz sea con ustedes! 
Esta gran institución, la ZCC, le debe mucho a la persona del obispo Edward Lekganyane cuyos esfuerzos incansables la han convertido en la más grande iglesia en el sub-continente de Sudáfrica. También le saludamos, su excelencia, por fortalecer aún más la Iglesia y mantener su compromiso con los oprimidos y los pobres. 
¡Aquellos a quienes se les niegan sus justos reclamos de la tierra de su nacimiento, vienen a ustedes en busca de consuelo! ¡Aquellos condenados a bajos salarios y a quienes se les niegan sus derechos como creadores de riqueza, miran a ustedes por liderazgo espiritual! ¡Aquellos marginados en la oscuridad y amarga soledad de la pobreza y la depravación, se apoyan en ustedes para su sustento! ¡Aquellos cuyas casas y familias han sido destruidas para que las feas construcciones de la opresión racial seaan erigidas, han venido a ustedes por consuelo! ¡Aquellos a quienes se les niega la voz en el gobierno de su país, a causa de ser negros, se vuelven a ustedes en busca de inspiración! 
Ustedes han generado un alto nivel de moral y disciplina en una época caracterizada por el racismo, la pobreza y la falta de poder impuesto. Es debido a estas cualidades, consagradas en esta poderosa iglesia, que año tras año, millones se reúnen en Moria por este acto de renovación espiritual. 
En nombre del Congreso Nacional Africano, hemos venido aquí con toda humildad para partir el pan y adorar con ustedes. Para participar en este sacramento de rejuvenecimiento espiritual. ¡Khotso e ser le lena! ¡Que la paz sea con ustedes! 
Desde 1986, la ANC se encargó de buscar un camino hacia la paz en nuestra tierra con problemas. Desde la cárcel, desde el exilio, desde los escondites subterráneos dentro de Sudáfrica, extendimos una mano de paz al gobierno sudafricano. Durante cuatro largos años, como el Faraón de la antigüedad, el gobierno de Sudáfrica rechazó y se negó a escuchar la súplica: "Deja ir a mi pueblo" 
A pesar de esto. apesar de la continua detención, el arresto, la tortura, el encarcelamiento, el disparo, el asesinato y la ejecución de los que se oponían sl apartheid, no nos daremos por vencidos. Continuamos presionando. Mantuvimos la presión por la paz, a través de luchas, a través de sanciones, a través de boicots - a través de todos los medios que podríamos reunir hasta ahora, hemos llegado a una etapa en la que todos podemos decir que hay una posibilidad real de resolver nuestros problemas mediante negociaciones. 
La convocatoria de CODESA fue como la separación de las aguas, abriendo el camino a la tierra prometida de la libertad más allá. Fue una gran victoria para el pueblo de Sudáfrica, blanco y negro. Esperamos que las aguas no se caigan antes que que hayamos cruzado a la tierra prometida de la democracia. 
El progreso en estas negociaciones dependerá de la voluntad de aquellos en el poder, para compartirlo durante la transición a la democracia. Debemos avanzar lo más rápidamente posible a una Asamblea Constituyente elegida que pueda elaborar una nueva constitución por la que todos los sudafricanos puedan estar orgullosos. ¡Nuestros hermanos y hermanas, privados de la ciudadanía sudafricana debido al apartheid, deben tenerla restaurada inmediatamente! 
Estos y muchos otros principios pueden ser acordados, sin más demora, siempre que haya voluntad por parte de quienes tienen el poder de llegar a una conclusión rápida.  
El papel que su iglesia puede jugar es más crucial en estos tiempos difíciles. La violencia está destruyendo nuestro país; desgarrando nuestras comunidades, aparte de lugares lejanos y amplios, ¡es un flagelo que debe acabar ahora! Por Witwatersrand, en Natal, en el Transvaal oriental, se nos ha expulsado de nuestros hogares. 
En Ciudad del Cabo, Grobbelarsdaal y otras áreas, hemos perdido a seres queridos en las guerras de taxis sin sentido. Los asesinatos, las palizas, las agresiones bochornosas sobre la mujer  y el caos visitaron a nuestro pueblo en Phola Park y otros campamentos de ocupantes ilegales llenan nuestros corazones de dolor. En los trenes, perdemos vidas todos los días a manos de asesinos despiadados que atacan sin motivo y se escabuyen, inmunes contra la detención y el enjuiciamiento. El incidente de Trust Feed, ahora ante los tribunales, donde la policía asesinó a madres y bebés mientras dormían, demuestra la depravación a la que el país podría descender. 
Esta violencia nos roba a todos nosotros nuestra humanidad. Es el principal obstáculo para una Sudáfrica verdaderamente democrática. Hacemos un llamamiento a todos ustedes, a orar y trabajar por la paz. La violencia debe terminar y los que le echan combustible debe ser llevados ante la justicia. ¡No podemos darnos el lujo de fracasar! Por el éxito, les pido a todos que nos recuerden en sus oraciones. 
Uxolo Mazayoni! Khotsong Masione! ¡Que la paz sea con ustedes! 
Su excelencia, Reverendo, Señores Ministros y Ancianos de la Iglesia Cristiana Zionista, 
Deseo cerrar con una nota de esperanza. ¡Que esta Pascua triga consido las bendiciones de nuestro Mesías resucitado y que Su amor brille sobre todos ustedes! ¡Que el Todopoderoso conceda a su excelencia, la sabiduría para continuar en su gran obra de dirección espiritual. Usted permanecerá en nuestras oraciones como nosotros en las suyas." 
[Speech by Nelson Mandela at the Zionist Christian Church Easter Conference. 20 de abril de 1992, MoriaTambién citado en Kader Asmal & ‎David Chidester. 2003. Nelson Mandela: from freedom to the future: tributes and speeches. (2003), p. 332]
Las pláticas y negociaciones para terminar gradualmente con el Apartheid y convertir a Sudáfrica en un país democrático, continuaron durante ese año, aunque con interrupciones, disturbios ocasionales, y algunos desacuerdos y malentendidos entre de Klerk y Mandela; no obstante, ambos líderes fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz en 1993

En su largo discurso de aceptación, Mandela reconoció el trabajo de sus predecesores cristianos, quienes destacaron en su lucha para acabar con las ideologías del racismo y guerra en el mundo: 
"Juntos, nos unimos a dos distinguidos sudafricanos, el fallecido Jefe Albert Lutuli y su excelencia, el arzobispo Desmond Tutu, a cuyas contribuciones seminales a la lucha pacífica contra el malvado sistema de apartheid ustedes rindieron homenaje merecido al otorgarles el Premio Nobel de la Paz. 
No será presuntuoso de nuestra parte si añadimos también, entre nuestros predecesores, el nombre de otro extraordinario ganador del Premio Nobel de la Paz, el difunto Reverendo Martin Luther King Jr. Él también luchó con y murió en el intento de hacer una contribución a la solución justa de los mismos grandes problemas del día que hemos tenido que enfrentar como sudafricanos. 
Hablamos aquí de la impugnación de las dicotomías de la guerra y la paz, la violencia y la no-violencia, el racismo y la dignidad humana, la opresión y la represión y la libertad y los derechos humanos, la pobreza y la miseria. Estamos aquí hoy nada más que como un representante de los millones de nuestra gente que se atrevieron a rebelarse contra un sistema social cuya esencia misma es la guerra, la violencia, el racismo, la opresión, la represión y el empobrecimiento de un pueblo entero. 
También estoy aquí hoy como representante de los millones de personas en todo el mundo, el movimiento anti-apartheid, los gobiernos y las organizaciones que se unieron a nosotros, no para luchar contra Sudáfrica como país o cualquiera de sus pueblos, sino para oponerse un sistema inhumano y demandar un rápido fin al crimen de apartheid contra la humanidad...... 
Que los esfuerzos de todos nosotros demuestren que Martin Luther King Jr. estaba en lo correcto, cuando dijo que la humanidad ya no puede estar trágicamente unida a la medianoche sin estrellas del racismo y la guerra. 
Que los esfuerzos de todos nosotros demuestren que él no era un mero soñador cuando habló de la belleza de una auténtica fraternidad y la paz más preciosa que los diamantes o la plata o el oro. ¡Que un nuevo amanecer comience! Gracias." [En sDiscurso de Aceptación del Premio Nobel]
En las siguientes elecciones de 1994, Mandela fue elegido como presidente, con un 62% de votos a su favor. 

Ese año, Mandela había vuelto a ser invitado a la Conferencia anual de Pascua en la Iglesia Cristiana Zionista de Morion, Sudáfrica. Allí, quizá más abiertamente que nunca, manifestó sus creencias religiosas después de todos los años de su lucha:

[Comenzando a leer las palabras de Jesucristo
en el Capítulo 5 del Evangelio según San Mateo]:
"(1) Cuando Jesús vio a la multitud, subió al monte y se sentó. Entonces sus discípulos se le acercaron, (2) y él comenzó a enseñarles diciendo: (3) «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. (4) »Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. (5) »Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. (6) »Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. (7) »Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos serán tratados con misericordia. (8) »Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. (9) »Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. (10) »Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. (11) »Bienaventurados serán ustedes cuando por mi causa los insulten y persigan, y mientan y digan contra ustedes toda clase de mal.  (12) Gócense y alégrense, porque en los cielos ya tienen ustedes un gran galardón; pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes."
Khotsong Masione! ¡Paz a ustedes! Uxolo Mazayoni!

Su Excelencia, Obispo Bernabé Lekganyane, Director  de la Iglesia Cristiana Zionista, señor Reverendo, miembros del Consejo de Ministros y Ancianos de la Z.C.C , Presidente del Estado, F. W. De Klerk; Estimado colega, Presidente
M.C. Makwetu, Jefe Ministros M.G. Buthelezi; Congregantes, compañeros, adoradores y amigos; 

Considero que es un privilegio estar aquí con ustedes una vez más, en esta Pascua. Permítame, su excelencia, darle las gracias y a la poderosa congregación que dirige, por invitarme una vez más a celebrar la Pascua con ustedes aquí en la ciudad santa de Moria. Este tabernáculo que se ha convertido en el lugar de fiesta anual de renovación y renacimiento atrae a peregrinos de todas las partes de este subcontinente.Yo he llegado a Moria como peregrino para estar en comunión con su excelencia y la ZCC en un acto de reinauguración simbolizado por el Mesías resucitado.

Traigo a todos ustedes los cordiales saludos de todos los miembros de la ANC. En su nombre, les digo ¡Khotso e be le lena! ¡Que la paz sea con todos ustedes! 

Inclinamos nuestras cabezas en adoración este día y damos gracias al Todopoderoso por la generosidad que nos ha dado en el último año. Levantamos nuestras voces con santa alegría para celebrar la victoria del Cristo resucitado sobre las terribles fuerzas de la muerte.

¡La Pascua es un festival alegre! ¡Es una celebración, porque es verdaderamente una fiesta de esperanza! ¡La Pascua marca la renovación de la vida! ¡El triunfo de la luz de la verdad sobre las tinieblas de la mentira! ¡La Pascua es una fiesta de solidaridad humana, porque celebra el cumplimiento de las Buenas Nuevas! Las Buenas Nuevas vinieron por nuestro Mesías resucitado, quien no eligió a una sóla raza, quien no eligió un sólo país, quien no eligió a un sólo idioma, quien no eligió a una sóla tribu, ¡quien eligió toda la humanidad!

¡Oramos con  ustedes por las bendiciones de la solidaridad humana, porque hay muchos que desean dividirnos! ¡Oramos con ustedes por las bendiciones de reconciliación entre la gente de Sudáfrica! ¡Oramos con ustedes para que las bendiciones de paz puedan descender sobre Sudáfrica como un torrente! ¡Oramos con ustedes para que las bendiciones de amor puedan correr como un potente arroyo! 
Khotso Masione!  ¡La paz sea con ustedes! Uxolo Mazayoni!

Nuestro país ha vivido una semana fatídica. El nuestro es un país cuya paciencia se había desgastado por la siempre presente amenaza de la violencia y el caos. Sin embargo, evaluamos los acontecimientos de la semana pasada; está claro que un alto tuvo tenía que ser llamado la espiral de destrucción y muerte. Ya no podíamos pasar por alto los fervientes deseos de la inmensa mayoría de la gente por la paz.

Los terribles incidentes que han ocurrido no deben ocultar la verdad esencial de que lo que está en cuestión es un principio muy simple: que la gente de Sudáfrica, sin importar en qué provincia viva, como la gente en todas partes del mundo, tiene el derecho inalienable a decidir quién va a gobernarlos. ¡Ese derecho no puede verse comprometido! ¡Ese derecho no puede ser socavado! ¡Ese derecho no puede ser abreviado para adaptarse a ningún partido, o líder, o dogma político!

Mientras hablamos, hay numerosas viviendas en muchas partes de nuestro país en donde hay luto. Nuestro más sentido pésame va a todas las familias en duelo. Pero lloramos también por nuestro país que sigue sangrando y pierde parte de sus mejores hijos e hijas en una masacre sin sentido que no tiene otro propósito que retrasar el nacimiento de una Sudáfrica democrática.

El costo en pérdidas de vidas humanas, en el daño a la propiedad pública y privada, podría haberse evitado todo. Aquellos políticos que han optado por permanecer fuera de la corriente histórica trascendental que está trayendo el cambio a este país, tienen el derecho de hacerlo sin trabas. Pero, les suplicamos; les rogamos;

Sí, incluso les imploramos, por favor concédanos el mismo derecho a ser parte de este proceso de cambio Por favor, no interfieran con nuestro derecho a votar simplemente porque ustedes no deciden ejercer el suyo.

Uxolo Mazayoni! Khotsong Masione! ¡La paz sea con ustedes!

A menudo oímos decir hoy en día que los sudafricanos deberían olvidar el pasado y más bien centrarse en el futuro. Si bien es absolutamente correcto que no debemos permitir que el pasado se convierta en una carga que obstruya nuestra capacidad para seguir adelante, sería igualmente miope consignarlo a nuestra amnesia colectiva.

El pasado de Sudáfrica no es simplemente un registro de un expediente triste de fracaso, aunque ha habido un gran fracaso.

El pasado de Sudáfrica tampoco es meramente una gran cantidad de oportunidades perdidas, aunque muchas oportunidades se han perdido.

Uxolo Mazayoni! Khotsong Masione! ¡La paz sea con ustedes!

A menudo oímos decir hoy en día que los sudafricanos deberían olvidar el pasado y más bien centrarse en el futuro. Si bien es absolutamente correcto que no debemos permitir que el pasado se convierta en una carga que obstruya nuestra capacidad para seguir adelante, sería igualmente miope consignarlo a nuestra amnesia colectiva.

El pasado de Sudáfrica no es simplemente un registro de un expediente triste de fracaso, aunque ha habido un gran fracaso. El pasado de Sudáfrica tampoco es meramente una gran cantidad de oportunidades perdidas, aunque muchas oportunidades se han perdido. El pasado de Sudáfrica no es un panorama desolador que sólo pueda traer desesperación. Es también una historia rica de relatos de valentía, iniciativas y esfuerzos, a menudo contra probabilidades terribles, para crear un futuro mejor para todos los pueblos de nuestro país.

Los sudafricanos de todas las razas, sexo, color, credo, etnia y grupo lingüístico han contribuido a ello. El acercamiento de las elecciones democráticas de este país no es un milagro. ¡Es el resultado de décadas de constante e implacable lucha por millones de sudafricanos ordinarios, mujeres, hombres e incluso niños, procedentes de cada región de nuestro país que salieron en huelga! ¡que llevó a cabo boicots! ¡que marcharon en las calles! ¡que estaban dispuestos a sufrir encarcelamiento! ¡que fueron betados y perseguidos! ¡que fueron golpeados, heridos con gases lacrimógenos, y derribados en las calles! ¡que sufrieron tortura e incluso asesinato a manos de la racista Policía de Seguridad! ¡que fueron a la horca! Debemos la llegada de la democracia a estas millones de personas que se negaron a someterse a la fuerza superior ejercida por las fuerzas de la tiranía.

Como país y como pueblo, debemos mucho más a aquellos que se atrevieron a luchar, que a los silenciosos conformistas. Son aquellos que estaban dispuestos a resistir la opresión, sin importar el costo para sí mismos, los que han hecho de la libertad una posibilidad realizable. La democracia es una gran oportunidad para rejuvencer. ¡No debe tirarla a la basura! La lucha por la democracia en Sudáfrica nunca ha sido exclusivamente racial o racialmente definida. Ha venido de los sudafricanos de todas las razas, colores y credos que la apoyaron y fueron partidarios de ella. Siempre ha mantenido la promesa de lo que Sudáfrica podría llegar a ser. Una casa común para todo su pueblo en su diversidad. Ese es un legado que siempre apreciaremos.

Khotso correo sea le lena, Masione! Uxolo lu ser nani Mazayoni!

Cada Pascua marca el renacimiento de nuestra fe. Marca la victoria de nuestro Salvador resucitado sobre la tortura de la cruz y la tumba. Nuestro Mesías, que vino a nosotros en forma de un hombre mortal, pero que con su sufrimiento y crucifixión alcanzó la inmortalidad. Nuestro Mesías, nacido como un marginado en un establo, y ejecutado como criminal en la cruz. Nuestro Mesías, cuya vida da testimonio de la verdad de que no hay vergüenza en la pobreza: los que deberían estar avergonzados son aquellos que empobrecen a los demás. 
De cuya vida se da testifica la verdad de que no hay vergüenza en ser perseguido: los que deberían estar avergonzados son aquellos que persiguen a los demás. 
De cuya vida se proclama la verdad de que no hay vergüenza en ser conquistado: los que deberían estar avergonzados son aquellos que conquistan a los demás. 
De cuya vida se testifica la verdad de que no hay vergüenza en ser desposeído: los que deberían estar avergonzados son aquellos que despojan a los demás.
De cuya vida se testifica la verdad de que no hay vergüenza en ser oprimidos: los que deberían estar avergonzados son los que oprimen a los demás.

Su excelencia, Reverendo, Caballeros Ministros y Ancianos de la ZCC,

Cuando era joven yo decidí a estudiar leyes con el fin de utilizar el poco talento que tenía en el servicio de la justicia y la causa de mi pueblo. Al igual que muchos antes que yo y los de mi generación, entré en la práctica jurídica con la determinación de emplear mis habilidades y entrenamiento para al menos aliviar el sufrimiento de los oprimidos, si no, para revertirlo. Años de práctica en el mostrador, experiencia acumulada en el curso de mi trabajo político, reivindicada por el registro espeluznante de las acciones represivas y la legislación que siguió año tras año durante las cuatro décadas del mal gobierno del Partido Nacional, demostraron que no había mayo en el que un sistema que era inequitativo e injusto en su esencia podría ser modificado. Para nuestra consternación, tan pronto como los abogados descubrieron una laguna en las leyes opresivas, el gobierno del Partido Nacional tomó medidas para cerrarla. Hacia la década de 1960, un sistema integral de legislación opresiva había establecido casi unn gancho totalitario sobre el país. Eso, eventualmente, planteo un reto para nosotros. Yo continúo convencido de que era nuestra disposición a levantarnos ante ese desafío lo que allanó el camino a nuestras circunstancias actuales .

Construir la democracia a partir de las cenizas de décadas de mala gestión en el apartheid no será una tarea fácil. Pero tenemos una visión y un plan que puede traducir esa visión en programas concretos para mejorar la calidad de vida de todos los sudafricanos. Es evidente que con el advenimiento de la confianza de los inversores, la democracia en Sudáfrica está aumentando.

Para consolidar estos logros, se requiere de un gobierno que tenga legitimidad y goze de la confianza de la mayoría de nuestra gente. Se requiere un gobierno capaz de ordenar los recursos de nuestro país en un plan integral para la erradicación de las desigualdades del apartheid. Serequiere un gobierno comprometido con la lucha contra los terribles niveles de desempleo, que son el resultado directo de décadas de apartheid.

Hemos colocado la creación de empleos, la restauración de la paz y la estabilidad y la democratización profunda de la sociedad sudafricana en la cima de nuestra agenda. Estamos convencidos de que la inversión más valiosa que nuestro país puede hacer en el futuro es el aprovechamiento eficaz de los recursos humanos en toda Sudáfrica mediante la ampliación de las oportunidades para la educación y la formación. Una mayor oportunidad mejorará el clima para el crecimiento económico, el crecimiento económico va a crear una mayor estabilidad, y la estabilidad es la condición indispensable para la prosperidad de la democracia.

El futuro tiene muchos nuevos prospectos emocionantes para Sudáfrica y su gente. Los años de aislamiento internacional, impuestos debido al apartheid, están llegando a su fin. Como país, debemos estar preparados para aprovechar estas oportunidades.Los desafíos por delante no deben ser vistos como tareas que le esperan al gobierno que será elegido el 27 de abril. Son retos para nosotros como nación. Cada sudafricano debe llegar a asumir esta responsabilidad colectiva para que podamos trabajar todos juntos para construir una vida mejor para todos.

Permítanme concluir mi intervención con una nota de esperanza apropiada para el festival que estamos marcando. Que esta Pascua traiga consigo las bendiciones de nuestro Señor resucitado y que Su amor brille sobre nuestra tierra y su gente.

Que el alba de la democracia traiga consigo los medios para cumplir las oraciones de nuestras madres y padres; los medios para realizar los sueños de nuestras hijas y nuestros hijos; los medios para alimentar a los millones de personas que esta noche se irán a dormir sin cenar; y los medios para llevar consuelo a aquellos que conocen esta noche desesperación.

Que el Señor Todopoderoso conceda a su excelencia la sabiduría para continuar su gran trabajo de guía espiritual. Ustedes permanecerán en nuestras oraciones, como nosotros ciertamente también en los suyas." [Speech by Nelson Mandela at Zionist Christian Church Easter Conference; Moria, 3 April 1994. South African History Online.]



Durante su presidencia implantó un programa de reconciliación racial y étnica en la nación, programas de mejoras domésticos, de relaciones internacionales, y la implementación de una nueva constitución en Sudáfrica. Fue desde el inicio de su presidencia, que Mandela recordó la relevancia de la religión en la nueva democracia de la nación:
Ustedes ha elegido el tema más relevante para los tiempos en que vivimos: "Celebremos nuestra diversidad". Desde el punto de vista de las impactantes imágenes que vemos en nuestras pantallas de televisión, se trata de palabras que no se pronuncian fácilmente. En un mundo en el que hay una tendencia prevalente a ver la diversidad como una maldición, un mal augurio para la autodestrucción, la suya fue un comentario sincero y alentando. Porque nos han recordado una vez más, que la diversidad puede ser una fuente de fuerza común, la piscina donde debemos profundizar nuestro sentido de humanidad. Pero, por desgracia, hemos visto la intolerancia de la diversidad precipitando implosiones que usado a naciones aparte en África, Europa, América y Asia. A menudo, cuando nos llaman la atención estas imágenes, tendemos a racionalizar acerca de quién podría estar bien o mal. Sin embargo, no puede haber ninguna instancia concebible donde la justicia se pueda asociar con pogromos y genocidios. Así que nos atrevemos a hacer las preguntas:  
¿Por qué es que en este día y época, los seres humanos todavía se matan entre sí simplemente porque se atrevieron a pertenecer a diferentes religiones, hablar diferentes lenguas, o pertenecer a diferentes razas? Son los seres humanos intrínsecamente malos? ¿Que es lo que infunde personas el ego y la ambición de reclamar el poder que el genocidio asume con la capa de medios que justifican los extremos codiciados?
Estas son preguntas difíciles, que, si se examinan erróneamente pueden llevarnos a perder la fe en los seres humanos. Y ahí es donde nos equivocaríamos. En primer lugar, porque perder la fe en el prójimo es, como el Arzobispo [Tutu] señalaría correctamente, perder la fe en Dios y en el propósito de la vida misma. En segundo lugar, es erróneo atribuir al carácter humano un rasgo universal de que no posee: la maldad inherentemente mala o inherentemente humana. Me atrevería a decir que hay algo intrínsecamente bueno en todos los seres humanos, derivado de, entre otras cosas, el atributo de la conciencia social que todos poseemos. Y, sí, también hay algo inherentemente malo en todos nosotros, que somos de carne y hueso, con el deseo encargado para perpetuar y mimar el ego.
A partir de esta premisa surge el desafío de ordenar nuestras vidas y moldear nuestras costumbres de tal manera que el bien de todos nosotros tenga prioridad. En otras palabras, no somos almas pasivas y desventuradas esperando por maná o una plaga de lo alto. Todos tenemos un papel que desempeñar en la conformación de la sociedad.     
Nosotros, los sudafricanos, somos afortunados de haber tenido el liderazgo: político, religioso y de otro tipo, que nos ayudó a acercarnos a nuestros problemas de una manera que evitó los peores escenarios posibles. Desde el principio del siglo y antes de eso, hombres y mujeres de sabiduría desafiaron nuestra versión de la opresión y represión con un antídoto de igualdad y no-racismo. En este sentido, lo peor en los seres humanos, representado por la ideología y la práctica del apartheid, ayudó a sacar lo mejor de sus oponentes...  
Ellos nos ayudaron a ver la lucha como una contra un sistema y no contra un grupo racial. Ellos ayudaron a infundir combatientes de resistencia con la moral de buscar la reconciliación, incluso en lo peor de los tiempos. Nuestro establecimiento religioso fue capaz de hacer esto porque era una parte activa de la lucha.
Y así, hemos regresado del abismo, porque la presión de lucha respaldada por principios del mensaje de reconciliación finalmente prevaleció. Incluso durante nuestra difícil transición, con su violencia y otros programas de sabotaje, la razón finalmente hizo el día. Nos atrevemos a llamar esto un milagro, un logro que debemos proteger con toda la fuerza que tenemos.
Sin embargo, sería un error afirmar que estamos totalmente fuera de peligro. Tratar con el legado del apartheid tomará años e incluso décadas. El reto es: ¡cómo se puede consolidar esta democracia incipiente y hacer que florezca!
La formalidad de una constitución y legislación es una parte importante de esto: los estatutos que deben proteger la diversidad y la tolerancia - ya sea racial, étnica, religiosa o política. Esto, sin embargo, necesita ser profundizado en una cultura nacional que abarque a todo el pueblo. Los cambios en las actitudes - en las comunidades, en el hogar, en el lugar de trabajo y dentro de nosotros mismos como individuos - es crucial para que nuestro pequeño milagro se realice en su totalidad misma...
Ya hemos avanzado en la implementación de algunos de los proyectos iniciales en este programa más amplio: la atención médica gratuita para los niños menores de seis años de edad y para las mujeres embarazadas, a partir de la construcción de viviendas, intensificando el proyecto de electrificación y así sucesivamente. Pero hay muchas lecciones que aprender. 
Entre otras, cómo engranar toda la estructura del Estado, incluyendo la administración pública, para esta tarea gigantesca; cómo involucrar activamente a las comunidades y sus organizaciones políticas, sociales y religiosas en el proceso de formulación de proyectos y su ejecución; la necesidad de acelerar la formación de estructuras del gobierno local de transición; y muchas más. Pronto estaremos haciendo anuncios importantes con respecto a muchas de estas cuestiones.
Deseo sin embargo, enfatizar el papel de la comunidad religiosa en la reconstrucción y el desarrollo. Por un lado, vemos como algo natural que la asociación contra el apartheid deba madurar y convertirse en una de mejoramiento de la vida de todos los sudafricanos, especialmente los pobres. Por otro lado, su voz profética es crucial en el fortalecimiento de la fibra moral del nuevo Estado democrático - ya sea en la aplicación de las leyes de derechos humanos o en la integridad de sus prácticas financieras y de otro tipo.
En otras palabras, la nueva democracia la necesita: como una participante activa en su consolidación, como organismo de control crítico y como una parte crucial de su guía espiritual. Para nosotros, los grupos religiosos individuales y el movimiento interreligioso que Sudáfrica ha forjado a través de los años, siempre serán nuestra fuente de fortaleza.
Así es como debemos celebrar nuestra diversidad: Permitir que nuestra gran variedad de culturas, razas, religiones y lenguas informen de la riqueza total que es nuestra nación arco iris.  [Nelson Mandela Peace Lecture at WCRP; 7 de agosto de 1994]

Al terminar su presidencia, Mandela se dedicó a tratar como activista y filántropo diversas cuestiones sociales como el VIH y la pobreza. 

Conoció a muchas figuras y celebridades, incluyendo al coro cristiano sudafricano Soweto Gospel Choir, y a través de la organización The Elders que fundó junto a Tutu y a su tercera esposa, y a través de la Fundación Nelson Mandela
"Nunca, nunca, y nunca más esta hermosa tierra volverá a experimentar la opresión del uno contra el otro....El sol nunca se pondrá en tan glorioso logro humano. Que reine la libertad. ¡Dios bendiga a África! ...
La política de apartheid creó una herida profunda y duradera en mi país y mi pueblo. Todos nosotros pasaremos muchos años, si no generaciones, recuperándonos de esa profunda herida. Pero las décadas de opresión y brutalidad tuvieron otro efecto no deseado, y eso fue lo que produjo a los Oliver Tambos, a los Walter Sisulus, a los Jefes Luthulis, a los Yusuf Dadoos, a los Fischer Brams, a los Robert Sobukwes de nuestro tiempo, hombres de tan extraordinario valor, sabiduría y generosidad que gente como ellos puede que no se conozcan de nuevo. Tal vez se requiere tal profundidad de la opresión para crear tales alturas de carácter. 
Mi país es rico en minerales y gemas que yacen bajo su suelo, pero siempre he sabido que su mayor riqueza es su gente, más fina y más verdadera que los diamantes más puros.
Es a partir de estos compañeros de lucha que he aprendido el significado de la valentía. De vez en cuando, veo hombres y mujeres arriesgando sus vidas por una idea. He visto a hombres que resisten los ataques y torturas sin ruptura, mostrando una fuerza y resistencia que desafía la imaginación. Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. Sentí miedo yo mí mismo, más veces de las que puedo recordar, pero me escondí detrás de una máscara de audacia. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo. 
Nunca perdí la esperanza de que esa gran transformación vaya a ocurrir. No sólo por los grandes héroes que ya he citado, sino debido a la valentía de los hombres y las mujeres comunes de mi país. Siempre supe que en el fondo de cada corazón humano, hay misericordia y generosidad. Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel o por su origen, o por su religión. La gente aprende a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, pueden ser enseñados a amar, porque el amor es más natural para el corazón humano que su contrario. Incluso en los momentos más sombríos de prisión, cuando a mis compañeros y mí nos llevaron a nuestros límites, veía un atisbo de humanidad en uno de los guardias, tal vez sólo por un segundo, pero eso era suficiente para tranquilizarme y seguir adelante. La bondad del hombre es una llama que se puede ocultar, pero no extinguirse" (Mandela, 2008).



Bibliografía

Adherents.com. The Religious Affiliation of Nobel Peace Prize Winner Nelson Mandela.
http://www.adherents.com/people/pm/Nelson_Mandela.html

AboutEducation. Biography: Nelson Rolihlahla Mandela. http://africanhistory.about.com/od/mandelanelson/a/bio_mandela.htm

African National Congress. Speech by Nelson Mandela at the Zionist Christian Church Easter Conference. Acceso: Dic. 2014.

Bio. 2014. Nelson Mandela Biography

Mandela, Nelson. 2008. Long Walk to Freedom: The Autobiography of Nelson Mandela. Little, Brown. ISBN: 9780759521049

Nelson Mandela Foundation. 2014. Biography of Nelson Mandela 

Nobelprize.org. "Nelson Mandela - Nobel Lecture". Nobel Media AB 2014. Web. 18 Dec 2014. http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/1993/mandela-lecture_en.html

Smith, David James (2010). Young Mandela. Londres. Weidenfeld & Nicolson.  

South African History Online. Speech by Nelson Mandela at Zionist Christian Church Easter Conference
www.sahistory.org.za/article/speech-nelson-mandela-zionist-christian-church-easter-conference-0

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